La nueva regulación de los canales infantiles en Youtube se llama COPPA (Children Online Privacy Protection Act) y aunque no lo creas data de 1998. En ella se ampara a los menores de 13 años y dicta que ninguna empresa estadounidense puede recopilar información personal de los niños y niñas de esas edades al navegar en la Red.
Por ello Youtube ha cambiado sus condiciones de uso y está obligando a todos los canales a declarar explícitamente si están dirigidos a menores de 13 años y si no lo son, que avisen si un vídeo en particular sí lo está.
De esta forma si un youtuber sube contenido inapropiado para estas edades, o no lo ha especificado, la responsabilidad recae en la persona por incumplir las normas y no en la plataforma. Lo que puede suponer la expulsión del programa de Partners por incumplimiento de la normativa.
En cuanto a la publicidad, se dejarán de colocar anuncios en los canales infantiles teniendo en cuenta los datos de navegación. Por lo que será publicidad genérica y no personalizada. Para los usuarios infantiles supondrá menos riesgo de consumir contenido inadecuado, para los dueños de los canales significará menos ingresos ya que habrá un menor volumen de anuncios potenciales, menos competencia y se devaluará su valor.
Otros cambios en los canales infantiles Además de lo ya descrito, la nueva regulación de los canales infantiles en Youtube también incluye otros cambios:
Los canales infantiles dejarán de tener comentarios y “me gusta” para evitar experiencias de odio y obsesión por los dislikes.
Se eliminarán las notificaciones a los suscriptores.
También desaparecerá la pestaña de comunidad, las historias, marcas de agua, tarjetas…
Todo ello con el objetivo de que los menores no se obsesionen con estos canales.
Los menores necesitan unas leyes firmes que les protejan frente a los peligros digitales, al igual que ocurre en el mundo offline. Las familias deben ser conscientes de a lo que se enfrentan sus hijos e hijas tanto si son creadores como si son consumidores de contenido online. Y para ello tanto los menores como el núcleo familiar deben estar formados en un uso responsable de Internet.
Recuerda: lo que ocurre en la Red tiene consecuencias en el mundo real.